POEMA SIN TIEMPO II



Señor: si en verdad de barro
deleznable hiciste al hombre
y lo dejaste solo y extraviado
con la esperanza ambigua
de tu reino, que nadie ha conocido,
dime al menos por qué ese tu silencio
mientras golpean las puertas de tu casa
y arañan las aldabas de tu templo
paupérrimas criaturas. Inocentes
y crédulos. Ingenuos como ovejas
cuya lana esquilaron con los hierros;
discípulos que esperan todavía
se tornen realidad tus mandamientos.
Si es que aún peregrinas la tierra
¿por qué no haces verdad aquel misterio
de repartir los peces y los panes
entre millones de seres hambrientos
y por qué te escudas en el Cosmos, sordo
a todos los terrores y los miedos?
Ya ves: en vano aguardo tu respuesta
hace dos mil años que no entiendo
para qué la promesa del Edén
si el horror campea en este Reino.
Acuérdate Señor, lo prometido
“los puros de alma entrarán al cielo”
pero suenan vacías tus palabras
se han perdido en el polvo del silencio,
ya nadie dona su oro a los humildes
ni recuerdan tua bíblicos preceptos,
aún la higuera estéril no da frutos
y hay viles mercaderes en los templos;
porque tu Reino, Señor, está muy alto
inalcanzable para el reino nuestro.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario